

Soy vaga para los kilombos
La peli está bien filmada y actuada. Los personajes son creíbles, tienen esa apatía, superioridad y cinismo de muchos de los adultos, hasta que algo sucede y la presunta seguridad que los rodea se demsorona un poco. La extraña mucama que interpreta Aniston es el más misterioso, dejada, pero obsesionada con una crema antiarrugas, deprimida pero con sentido del humor, segura para tomar decisiones extravagantes frente a sus mas conservadores amigos, pero lo suficientemente masoquista para dejarse bolacear por un joven entrenador personal, que le pide la mitad de sus escasos ingresos por acompañarla a limpiar casas. Las parejas atraviesan desde graves crisis, hasta monónoma pero amorosa rutina.
Eragon es un joven campesino, que vive junto a su tío y su primo. Durante una incursión en el Bosque, encuentra un huevo que más tarde alumbra una dragón hembra, Saphira. Más tarde descubre que él es en realidad un jinete dragón, y que está conectado a su animal psíquicamente. Es un elegido marcado para liberar a todos de la tiranía de Galbatorix, un antiguo jinete de dragón que traicionó a sus pares (interpretado por John Malcovich, en un papel pequeñísimo).
La peli, aunque un poco pesada en algunos tramos, está muy bien filmada, las ecenas de vuelo son hermosas, y cuenta con un elenco de sólidas figuras: Malcovich, Robert Carlyle, Jeremy Irons, Djimon Hounsou, y Rachel Weisz en la voz de Saphira. Hay un par de historias que se abren y no se vuelven a cerrar, probablemente porque estamos frente a un atrilogía, que por el momento no se concretó, probablemente por falta de éxito (una madre que abandona a su hijo por un motivo no esclarecido, el primo que parte para no participar en el Ejército).
En la peli, las cuatro solteras de Nueva York se encuentran en pareja, lidiando con los avatares de la rutina. La única que está felizmente casada es Charlotte, la más tranqui del grupo y fánatica del matrimonio desde el primer capítulo (uno de los tantos mensajes conservadores y pro familia de la peli). Miranda atraviesa una infidelidad de Brady, Samantha sufre por primera vez lo que es ver girar su vida alrededor de un hombre, Smith, y Carrie está en pareja con Big y a punto de comprarse departamento para vivir juntos.
La peli no tiene ni por asomo la chispa de la serie, todo es más denso, y hasta dramático. Lo más molesto, el exagerado amor por la moda y el dinero. Lo que en la serie era un detalle más, glamoroso, y que la dotaba de cierta belleza estética, en la peli es el centro de la vida de Carrie, llegando a extremos tales como que las escenas que suponen emocionar, giran en torno a varios íconos fashion, una por el regalo de la primer cartera Louis Vuitton a una joven aprendiz de Carrie, otra por un vestido de novia de Vivianne Westwood , y finalmente, unos zapatos que unen a dos enamorados distantes.
La peli cambio conservadurismo por liberación sexual, y amor por matrimonio, dejando como única exponente fiel a sí misma a Samantha. Carrie es la que sufrió la transformación más extrema, y en muchos tramos parece más una mujer trofeo del millonario BIG, que la Carrie independiente y divertida de antaño. Lo único que permanece igual (por suerte) es el lugar fundamental que ocupa la amistad para las cuatro protagonistas.
Lo mejor: Las actuaciones del cuarteto protagónico, y el mensaje de la mistad ante todo.
Cuenta la historia de dos mujeres interpretadas por Kate Winslet y Cameron Diaz, que a raíz de sendos desengaños amorosos, intercambian sus casas, y se toman unas vacaciones, para encontrarse a sí mismas. Ambas viven nuevas historias de amor, Kate con Jack Black, y Cameron con Jude Law, y se reinventan.
Uno de los cuentos del escritor Katurian, personaje de la obra The Pillowman
El hombre almohada
Había una vez… un hombre, que no se parecía a los hombres normales. Medía casi 2 mts. Y medio de alto y estaba totalmente hecho de almohadas esponjosas color rosa; sus brazos eran almohadas, sus piernas eran almohadas y su cuerpo era una almohada. Sus dedos eran pequeñas almohaditas y su cabeza era una gran almohada redonda. Sus ojos eran como dos botones y su boca era grande y sonriente. Hasta se le podían ver los dientes, que también eran pequeñas almohaditas blancas. Bien, el hombre almohada tenía que verse suave y seguro porque su trabajo era muy triste y difícil… En los momentos en los que alguna persona estaba muy triste porque había tenido una vida atroz y solo quería terminar con ella; sólo quería quitarse la vida para así deshacerse del dolor, con una hoja de afeitar, con una bala, inhalando gas, o saltando de algún lugar muy alto … Exactamente en ese momento, el hombre almohada lo encontraba, se sentaba a su lado, lo abrazaba suavemente, y le decía: -“Espera un momento”- y extrañamente el hombre almohada volvía el tiempo atrás, cuando esa persona era apenas un niño y la vida horrorosa que iba a tener aún no había empezado. El trabajo del hombre almohada era hacer que ese niño o niña se suicidara, y así evitar los años de dolor que los llevaría, de todos modos, al mismo lugar: frente a un horno, frente a una pistola, frente a un lago. -“¡Pero nunca escuché de un niño suicidándose!”- podrían decir. Bueno, el hombre almohada siempre sugería que lo hicieran de una manera que se viera como un trágico accidente: les mostraba el frasco de pastillas que se veían como caramelos, les mostraba el lugar del río donde el hielo era más frágil, les mostraba la bolsa de plástico que no tenía agujeros para respirar y exactamente como ajustarla… Pero no todos los niños querían seguir al hombre almohada. Hubo una niña, muy alegre, quien realmente no creyó cuando éste le dijo que su vida podría ser horrible, que su vida sería así… Entonces lo echó y el hombre almohada se fue llorando a mares. A la noche siguiente la niña escuchó un golpe en la puerta de su habitación y dijo –“¡Ándate hombre almohada, te he dicho que soy feliz, siempre he sido feliz y siempre seré feliz!”- Pero no era el hombre almohada. Era otro hombre y su mamá no estaba en casa. Y este hombre la visitaba cada vez que su mamá no estaba… Tiempo después ella se puso muy triste, y cuando tenía veintiún años y estaba sentada frente al horno a punto de suicidarse, le dijo al hombre almohada: - “¿Por qué no trataste de convencerme?”- Y él le respondió – “Traté de convencerte, pero eras demasiado feliz”- Y la niña, mientras encendió el gas, gritó lo más fuerte que pudo: -“¡Yo nunca he sido feliz!”- Cuando el hombre almohada tenía éxito en su trabajo, un niño moría de forma horrible. Y cuando el hombre almohada no tenía éxito, un niño tendría una horrible vida, crecería, sería un adulto que tendría una vida horrible, y moriría de forma horrible. Por esta razón, el hombre almohada lloraba todo el día. Fue así que decidió hacer su último trabajo: cargó una pequeña lata de nafta y fue hasta un hermoso arroyo que él recordaba de cuando era niño. Cuando llegó, se sentó bajo un árbol y descubrió que a su alrededor había un montón de juguetes; un autito, un perrito de juguete y un kaleidoscopio. Cerca de allí había una casa rodante y el hombre almohada escuchó la voz de un niño que decía: -“Voy a salir a jugar, mamá”- y la mamá le dijo: -“No vuelvas tarde para tu merienda, hijo”- “No, mamá”-, respondió el niño. El hombre almohada escuchó pasitos que se acercaban… Pero no eran de un niño, eran de un pequeño niño almohada que dijo: -“Hola”- y el hombre almohada dijo: -“Hola”-. Los dos se sentaron bajo el árbol y jugaron un rato con los juguetes… El hombre almohada le contó sobre su trabajo triste y los niños muertos. El pequeño niño almohada entendió enseguida, porque él era un niño muy feliz, y sólo quería ayudar a la gente. Y sin decir una palabra más, el niño almohada se echó encima la lata de nafta y el hombre almohada dijo: -“Gracias”-, el niño almohada dijo: -“No hay problema. Le contas a mi mamá que no voy a volver a tomar el té”- y el hombre almohada dijo mintiendo: -“Sí, por supuesto”-. El niño almohada encendió un fósforo, y el hombre almohada se sentó allí viendo como el niño se quemaba. El hombre almohada, empezó a desvanecerse y lo último que vio fue la boca feliz y sonriente del niño almohada. Lo último que escuchó fue algo que ni siquiera había contemplado. Los gritos de cientos de miles de niños a quienes él había ayudado a suicidarse, volviendo a la vida y teniendo que seguir adelante con sus frías y desdichadas vidas porque él no había estado allí para prevenirlos. Hasta escuchó los gritos de sus muertes, tristemente autoinflingidos, que esta vez, claro, iban a tener que cometer completamente solos
Personalmente, me aburrió un poco, y la cantidad de detalles y personajes, hacen perder el hilo un poco del drama y misterio subyacente. Es en extremo verosímil, lo cual a veces atenta contra el entretenimiento. Me gustó más Hijos de los Hombres, del cual ya opiné oportunamente (http://laleydelmenoresfuerzo.blogspot.com/2008/02/hijos-de-los-hombres.html.)
A los escritores noveles les da cinco consejos:
1.- leer mucho, no para emular sino para poder reconocer la calidad y los estilos;
2.- escribir, porque el oficio se aprende mediante la práctica;
3.- aumentar el vocabulario, ya que la materia prima del escritor son las palabras;
4.- anotar las ideas en cuanto surgen; y, por último,
5.- andar por la vida con los sentidos en estado de alerta, ya que nada de lo que vive un escritor se pierde jamás.