
El tono elegido por el Director es más que acertado. Está filmado con un estilo documentalista, y desde el punto de vista de los Diarios de la Guerrilla de Guevara fundamentalmente. Todas las escenas son realistas, no hay efectos visuales, ni planos preciosistas. Es el hombre despojado de toda grandilocuencia, más allá de la propia que cargaba por haber sido un ser humano tan consecuente.
El trabajo de Benicio es espectacular, llegando al nivel de la confusión. Hacia la mitad del film, se había borroneado en mi memoria los rasgos de la persona real, fundiéndose con la máscara del actor. El acento es muy logrado también, con una pronunciación argentina, pero una entonación levemente cubana. En otra paradoja de la historia del entretenimiento, del riñón del enemigo surge un acercamiento más que digno a esta figura mítica.
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