LOLITA

"Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Mi pecado, mi alma. Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un trayecto en tres etapas a través del paladar e impacta, en el tercero, en los dientes. Lo. Li. Ta.

Era Lo, Lo a secas, de mañana, con su metro cincuenta y una sola media. Era Lola en pantalones. Era Dolly en la escuela. Era Dolores sobre la línea punteada. Pero en mis brazos, era siempre Lolita.

¿Si tuvo una precursora? Sí, sí que la tuvo. De hecho, quizás no habría existido Lolita para mí si yo no hubiera amado, un verano, a cierta niña iniciática. ¿Que cuándo? Casi tantos años antes de que Lolita naciera como tenía yo ese verano. Siempre se puede esperar de un asesino una prosa elegante.

Damas y caballeros del jurado, la prueba número uno es lo que los serafines, los malinformados e ingenuos serafines con sus nobles alas, envidiaban. Miren esta corona de espinas".

La famosísima novela de Vladimir Nabokov relata las desventuras de Humbert Humbert, el sufrido, enamorado, y también perverso admirador de nínfulas. El atribulado personaje, se enamora perdidamente en su adolecencia de una joven de unos catorce años, que muere a los pocos meses de iniciado el amor. A partir de ese momento, Humbert rodará por su vida buscando nínfulas, aquellas niñas mujeres que según él, sólo un artista puede descubrir. Todo se desarrolla de forma bastante inocente, hasta que que conoce a Charlotte y su adorable hija de 12 años, Dolores, una auténtica nínfula que lo enloquece.

La historia está relatada por Humbert, por lo que en algunos pasajes es difícil soportar el erotismo de su mirada, si pensamos en su infantil víctima-victimaria. Pero está elegantemente narrada y repleta de citas literarias, una legítima obra creativa y estilística, en la cual el argumento se va conviertiendo en una anécdota, en una capa polémica pero superficial.