En la peli, las cuatro solteras de Nueva York se encuentran en pareja, lidiando con los avatares de la rutina. La única que está felizmente casada es Charlotte, la más tranqui del grupo y fánatica del matrimonio desde el primer capítulo (uno de los tantos mensajes conservadores y pro familia de la peli). Miranda atraviesa una infidelidad de Brady, Samantha sufre por primera vez lo que es ver girar su vida alrededor de un hombre, Smith, y Carrie está en pareja con Big y a punto de comprarse departamento para vivir juntos.
La peli no tiene ni por asomo la chispa de la serie, todo es más denso, y hasta dramático. Lo más molesto, el exagerado amor por la moda y el dinero. Lo que en la serie era un detalle más, glamoroso, y que la dotaba de cierta belleza estética, en la peli es el centro de la vida de Carrie, llegando a extremos tales como que las escenas que suponen emocionar, giran en torno a varios íconos fashion, una por el regalo de la primer cartera Louis Vuitton a una joven aprendiz de Carrie, otra por un vestido de novia de Vivianne Westwood , y finalmente, unos zapatos que unen a dos enamorados distantes.
La peli cambio conservadurismo por liberación sexual, y amor por matrimonio, dejando como única exponente fiel a sí misma a Samantha. Carrie es la que sufrió la transformación más extrema, y en muchos tramos parece más una mujer trofeo del millonario BIG, que la Carrie independiente y divertida de antaño. Lo único que permanece igual (por suerte) es el lugar fundamental que ocupa la amistad para las cuatro protagonistas.
Lo mejor: Las actuaciones del cuarteto protagónico, y el mensaje de la mistad ante todo.
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