miércoles, 3 de septiembre de 2008

EL VIEJO Y EL MAR, DE ERNEST HEMINGWAY



"Soy un hombre viejo y cansado. Pero he matado a este pez que es mi hermano y ahora tengo que terminar la faena".

"El hombre no está hecho para la derrota. Un hombre puede ser destruido, pero no derrotado".

"Tal vez yo no debería ser pescador, pero para eso he nacido".

"Era demasiado bueno para durar, pensó. Ahora pienso que ojalá hubiera sido un sueño y que jamás hubiera pescado el pez".

"Ahora me han derrotado, pensó. Soy demasiado viejo para matar tiburones a garrotazos. Pero lo intentaré mientras tenga los remos y la porra y la caña".

"Nadie debiera estar solo en su vejez. Pero es inevitable que así sea".
"El mar es dulce y hermoso, pero puede ser cruel".
La historia: Santiago es un viejo pescador cubano. Tiene casi como única compañía a un joven muchacho llamado Manolito, a quien le enseñó los secretos de su oficio. Un día Manolito tuvo que dejar a Santiago por órdenes de su familia, para ir con pescadores con mayor suerte con respecto a sus pescas.

El viejo se encuentra, al momento del relato, atravesando una mala racha sin pesca de ochenta y cuatro días. El día ochenta y cinco, sale al mar con el objetivo de terminar con su racha. Al cabo de unas horas de navegar, tras haber perdido de vista la costa, un pez picó el anzuelo. Era un pez enorme, dispuesto a luchar hasta la muerte, si era preciso. La barca navegó a capricho del pez mar adentro. Las fuerzas del viejo cada vez iban a menos y predecía que el pez le podía matar, pero tenía una fuerte determinación por conseguir sacarlo del agua, y no le importaba si tenía que dejar su vida en el intento. Tras una larga y dura batalla, el pez tuvo la peor suerte, y el viejo, rebosante de felicidad, ya que no creía que el pez fuese tan inmenso, lo amarro al costado de la barca, para poner rumbo a la costa. "Era tan grande, que era como amarrar un bote mucho más grande al costado del suyo". Todo su empeño habría sido inútil si no consiguiese llevar el pez a tierra firme. Sin embargo, y para su desilusión, aparecieron numerosos tiburones que poco a poco fueron terminando con el pez, a pesar de que el viejo se enfrentó una y otra vez a ellos. Así, llego por fin a puerto. Era de noche y no había nadie para ayudarle a recoger. Cuando terminó se fue a su casa a dormir. A la mañana siguiente el muchacho, muy preocupado, fue a su casa para ver cómo estaba y le prometió que saldría a pescar con él (resumen semi pungueado a Wikipedia)

Hemingway utiliza los recursos más sobrios posibles, relata los hechos sin detenerse demasiado en los pensamientos de sus personajes, quiénes viven a través de sus acciones. Santiago es un personaje aparentemente sencillo, noble, de una existencia pequeña y humilde, pero con una voluntad obstinada, de hacer lo único que sabe: pescar. El relato escala en emoción, hasta llegar a un final muy conmovedor, cuando el joven Manolito llora al ver el estado en que quedó Santiago luego de esa lucha quizás inútil. Llora también, en mi opinión, por reconocerse un cobarde que no supo permanecer junto a su maestro, aún contra las órdenes de sus padres, y decide volver junto a él.

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