viernes, 25 de abril de 2008

ME ENROSCO PARA SER SIMPLE

Es la deformación patológica de la sencillez. Es un círculo vicioso de reflexiones inútiles, para arribar al único resultado buscado: "ta todo bien, no pasa nada".
En un engaña-pichanga de proporciones infinitas, la mente enreda, revuelve, ENROSCA, para finalmente poder decir: "no hay problema".

Acorralado por la presión idiota del deber ser, el individuo se contiene y ofrece solo su faz relajada, escondiendo en un rincón los nervios, ciertas tristezas, y hasta alguna emoción feliz, pero demasiado efusiva como para hacerse pública.

A la angustia existencial constante, se suma esa vida negada, en una dimensión, no desconocida, pero sí oculta, que como un gas comprimido, tiene riesgo de estallar.

Lo peor de todo? Una vez que estalla, todo vuelve a la normalidad. Se obtiene un pico de máxima intensidad, para luego retroceder al estado anterior, casi sin secuelas. Cada explosión termina siendo una simple liberación de espacio.

Y entonces, que nos deja? Tan sólo alguna conclusión, que aunque cierta, también inútil: La verdad de la vida, finalmente, no esta en los grandes momentos, sino en el tedio cotidiano.

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