Frustración, impotencia, odio. Entre la hoja en blanco y mi creatividad, la nada absoluta., no hay conexión posible. Paso por los estados de ánimo habituales. Me enojo y destruyo lápices, abollo hojas y pateo la basura llena de mis intentos. Me angustio, desespero, insegura de todo, cuestionándome hasta llegar al llanto. En ese instante, entre lágrimas y puteadas, se me ocurre algo. Un bello primer momento de confianza ciega en esa idea, me da esperanzas y la rueda mágica comienza un nuevo giro.
viernes, 14 de diciembre de 2007
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