El nombre del blog, LA LEY DEL MENOR ESFUERZO, es un homenaje a una frase que describe muy claramente la postura que elijo y prefiero frente a muchos asuntos de la vida cotidiana. O mas sinceramente, para aquellos menesteres que no me interesan, ni divierten, no me nutren ni cultivan, en fin, que son un embole importante, por lo menos para mi. Por eso, a pesar de las apariencias, no es tanto un panfleto haragán, una oda a la vagancia (algo de eso hay, por qué no) sino mas bien una sesuda elección, una marcada idiosincrasia que intento respetar lo más posible. A los fines prácticos, lo que quiere decir es "la cama no se hace hasta dos minutos antes de acostarme, y nunca si es verano" "la ropa no se lava hasta que ya no queda nada limpio", "el placard no se acomoda salvo que no encuentre absolutamente nada, o esté todo arrugado", y cuestiones relacionadas que cualquier mediocre imaginación pueda intuir.
El título, "Soy vaga para los kilombos" es mi escudo de defensa cuando alguien o algo busca involucrarme en alguna cosita complicada, que como único resultado logra mi huida despavorida hacia otros carriles. Va de la mano de "no me gusta cargar equipaje", que está íntimamente ligada pero tiene un uso específico para la siguiente pregunta: Te puedo contar un secreto? No, no, y no! Para qué? Si ya estás vos cargando con esa cruz, porque me la querés pasar a mí?.
Por lo tanto, se puede decir que La ley del Menor Esfuerzo sería el Norte, el ideal, el lema que rige mis decisiones, mi religión, etc. Y soy vaga para los kilombos una aplicación concreta. Es decir,una relación de género y especie.
Explicados nombre y título, dejo aclarado que todo lo que escriba en este lugar es mentira. Es sólo ficción. Puede haber tantas opiniones mías como inventadas, y en lo posible, sin orden lógico descifrable. Nunca me tomen en serio, perdería toda gracia.
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