lunes, 21 de enero de 2008

REFLEXIONES SOBRE EL TRABAJO


He regresado de las vacaciones. De todos los regresos anuales, el mas amargo. Transcurriendo mi primer dia de trabajo del año, en forma amena, relajada, con toda la oficina para mí, marcando el ritmo que quiero, escuchando música, tomando café, es decir, con todas las comodidades que puedo desear, igualmente me ataca un pensamiento subversivo, rebelde, y haragán también, por qué negarlo. Que es el trabajo? Para qué trabajamos? Debemos trabajar para siempre? Por qué lo hacemos? y demás interrogantes similares. Chequeemos entonces, primeramente, una definición enciclopédica (del diccionario de Terra): TRABAJO
1.
m. Acción y efecto de trabajar.
2.
m. Ocupación retribuida.
3.
m. obra (cosa producida por un agente).
4.
m. Obra, resultado de la actividad humana.
5.
m. Operación de la máquina, pieza, herramienta o utensilio que se emplea para algún fin.
6.
m. Esfuerzo humano aplicado a la producción de riqueza, en contraposición a capital.

Hay más acepciones que no vienen al caso. De este primer acercamiento destaco la definición 6, principalmente la palabra Esfuerzo. Esta palabra me resultó fundamental. Su significado, usando el mismo mataburros es: Empleo enérgico del vigor o actividad del ánimo para conseguir algo venciendo dificultades. No parece para nada placentero, no? Todo esto me hizo pensar en mis propias conclusiones sobre el trabajo. Reflexiones que han ido variando con el tiempo. En una primera etapa ingenuo-idealista, trabajar era uno de los tantos aspectos placenteros de la vida, algo positivo, divertido, digno, un espacio de interacción, de sociabilización, etc. El ocio era descanso, aburrimiento, improductividad, diversión a veces, pero sólo un intervalo, un accesorio a algo principal mucho mas importante. Pero las cosas cambian. En esta segunda etapa, cínico-hedonista, el trabajo se ha transformado en el accesorio, en una herramienta para poder disfrutar luego del ocio. Y sobre todo una obligación. Y aclaro que disfruto del trabajo que hago, lo elegí, lo perseguí y finalmente lo encontré. No me quejo, puedo hacer lo que me gusta, y eso no es fácil. No obstante, nada puede quitarle su carácter de obligatorio, de represivo, de estar en constante confrontación con la libertad. En cambio el ocio es aleatorio, sorprendente, creativo, intuitivo y a la vez pensante. No oprime ni contiene personalidades como sí hace el ámbito laboral.

Basta!, esto se puso demasiado serio. Si sigo en esta línea, voy a enloquecer. Debe ser la nostalgia fresca de las vacaciones recién terminadas.


Aclaración: Estoy mas que conciente de que esquivé los significados políticos, económicos, sociales, antropológicos, etc., pero era demasiado para un post simplón como éste.

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